Nadie
manda mi voz ni mis pasos
pero
por si acaso
me
traigo mi voz y mi memoria
para
contar mí historia,
sin
antes olvidar lo que ha pasado
ni
lo que este pasando
ni
lo que quede por pasar
sin
antes recordar
que
he ganado mil batallas
y
si alguna que otra estalla
tomaremos
cartas en el asunto
para
intentar dejar adjunto
todo
el olvido prácticamente olvidado.
Si
el pasado llama dos veces,
el
futuro llama quinientas.
La
sonrisa de no me mientas
la
vi en demasiadas ocasiones
y
yo incluso mintiendo
digo
alguna que otra verdad,
no
aguanto la falsedad
ni
los malos modales,
ni
los fantoches ni los reproches
cuando
no hay que darlos,
más
vale saber lo que se quiere
y
no lo que se debe querer
por
convicciones ni apariencias.
Uno
toma sus propias decisiones
con
sus ventajas y sus consecuencias.
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