Somos
enanos a hombros de gigantes,
bajo
al infierno haciendo caso a Dante,
muero
por amores sin nostalgia al filo del ocaso,
vivo
entre letras de Calamaro, Sabina o Garcilaso.
Si
te echo de menos no es porque quiera,
es
culpa de la nostalgia que no me deja dormir.
Si
te sigo amando no es porque a mi el amor viniera,
es
culpa de tu indecisión que no me deja vivir.
Tus
besos son la adicción más prohibida que poseo,
tus
caricias son el recuerdo más fugaz que veo.
La
nostalgia me mata pero tu recuerdo me hace resucitar.
Soy
tuyo, siempre lo seré, es la condena por querer amar,
por
suerte es dulce condena, bendita condena la que debo pagar,
prefiero
la muerte y besarte que vivir y no poderte besar.
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